La comida del continente americano ha desembarcado claramente en España. No me estoy refiriendo solo a la comida rápida, que no es sino platos europeos pasados por la eficiente industrial norteamericana, sino a la propia de los países iberoamericanos. A ello ha contribuido la amplia e intensa inmigración de las últimas décadas y la irrupción en nuestro país de las enormes gastronomías mexicana y peruana. Madrid, por ejemplo, se ha llenado en apenas unos años de una serie de restaurantes y tiendas de esas latitudes que están haciendo que se enriquezca nuestra gastronomía con nuevos productos, platos, sabores, colores y aromas. Una maravilla. Es previsible que la paulatina recuperación económica nos traiga grandes alegrías, también culinarias. Vamos a ver lo que han deparado algunos de los sitios que he visitado a ambos lados del Atlántico en los últimos meses.
Cuando se habla de innovación en la gastronomía se suele
aplicar a la introducción de nuevas técnicas, a la interacción y fusión de
diversas culturas, a nuevos productos y a la pura creatividad. También ha de
aplicarse a los formatos y a la oferta. Haga miniplatos de alta cocina o tapas
en un buen formato, elija productos básicos de gran calidad para ofrecer la
comida más rápida, ofrezca diversas cocinas del mundo, muestre una buena selección de bebidas y de postres
caseros de la casa de la abuela
anglosajona, elija un sitio céntrico, póngase a un precio asequible pero
disuasorio lo justo y monte todo esto en caravanas vistosas y empiece a atraer a buenos restaurantes. El resultado
es MadrEAT.
Diversión, buena comida, imaginación, gente joven entregada en sus minicocinas
y tendrás un buen sábado y domingo una vez al mes. Para ir a eso de las 13 h.
con amigos hipsters o con familia
molona, antes de lleguen las hordas un poco más tarde o de que muera de éxito…