miércoles, 1 de abril de 2015

Por aquí y por acullá


La comida del continente americano ha desembarcado claramente en España. No me estoy refiriendo solo a la comida rápida, que no es sino platos europeos pasados por la eficiente industrial norteamericana, sino a la propia de los países iberoamericanos. A ello ha contribuido la amplia e intensa inmigración de las últimas décadas y la irrupción en nuestro país de las enormes gastronomías mexicana y peruana. Madrid, por ejemplo, se ha llenado en apenas unos años de una serie de restaurantes y tiendas de esas latitudes que están haciendo que se enriquezca nuestra gastronomía con nuevos productos, platos, sabores, colores y aromas. Una maravilla. Es previsible que la paulatina recuperación económica nos traiga grandes alegrías, también culinarias. Vamos a ver lo que han deparado algunos de los sitios que he visitado a ambos lados del Atlántico en los últimos meses.


Cuando se habla de innovación en la gastronomía se suele aplicar a la introducción de nuevas técnicas, a la interacción y fusión de diversas culturas, a nuevos productos y a la pura creatividad. También ha de aplicarse a los formatos y a la oferta. Haga miniplatos de alta cocina o tapas en un buen formato, elija productos básicos de gran calidad para ofrecer la comida más rápida, ofrezca diversas cocinas del mundo, muestre una buena selección de bebidas y de postres caseros  de la casa de la abuela anglosajona, elija un sitio céntrico, póngase a un precio asequible pero disuasorio lo justo y monte todo esto en caravanas vistosas y empiece a atraer a buenos restaurantes. El resultado es  MadrEAT. Diversión, buena comida, imaginación, gente joven entregada en sus minicocinas y tendrás un buen sábado y domingo una vez al mes. Para ir a eso de las 13 h. con amigos hipsters o con familia molona, antes de lleguen las hordas un poco más tarde o de que muera de éxito…

 
Mientras nos acordamos de que hay que reservar en Astrid y Gastón, nos conformamos con Tanta, en Madrid. Un buen peruano en el que hay que centrar la vista en el plato y en los acompañantes, porque la decoración es otra cosa. Una excelente Ensalada de Quinúa (a ver si la RAE nos pone de acuerdo con el nombre), Anticucho de pez mantequilla, Cebiche clásico y Causa limeña. Una buena comida a un precio razonable. Un peruano de referencia en Madrid y para repetir.
La oferta de Madrid ya no solo tiene que cautivar por la calidad, originalidad o el precio, se necesitan nuevos espacios y soluciones originales al necesario acto de comer en compañía. Así lo han entendido en La Embajada, que ofrece distintas posibilidades y cocinas -mexicana, mediterránea y japonesa- en un local bonito y señorial en el Barrio de Salamanca. Buen plan para gente joven o desenfadada y para ampliar la cultura gastronómica sin salir de un mismo portal.
 
La inventiva de los EE. UU. para aunar negocio, gastronomía, iconos del cine y  regalos es realmente sorprendente. Bubba Gump es una cadena de comida que toma como referencia la exitosa película  Forrest Gump y que ofrece distintas elaboraciones de gambas y de platos inspirados en la cocina sureña y cajún. En la sucursal de Miami Dale pasamos un buen rato comiendo el combo Forrest Seafood Feast en un local vistoso, lleno de colorido y con un servicio muy atento... a las propinas. Tienda aneja y la posibilidad de sentarte en la réplica del famoso banco de la película calzándote unos zapatos simulados del personaje principal. Divertido.




Una buena carrera en taxi desde el centro de Miami Dale te hace llegar a Versailles , un referente histórico de la resistencia cubana de Miami. Servicio eficiente, local de celebración de bodas caribeñas y probé el Versailles combo y Vaca frita de pollo. Suena exótico y sabe pobre. No había más remedio que ir (lo juro).

 


Local grande, desenfadado, con varios ambientes, con una base realmente muy interesante de distintas comidas latinoamericanas.  Pollos y Jarras, también en Miami Dale; servicio meteórico a partir de las 20.30 y amontonamiento de platos. Fue un festín porque pedimos a lo grande y lo comimos a lo Speedy Gonzales. Magnífica comida peruana y agradable la cerveza Cusqueña. Salimos con algunos dólares menos en la cartera mientras limpiaban nuestras huellas con la mopa pasadas las 10...

 


Pat´e Palo es un clásico en Santo Domingo, República Dominicana. La comida no está mal, las vistas desde la terraza a la Casa de Colón producen su punto de emoción para un español. Una mezcla de estilos (caribeño, español, italiano...) y presentaciones que no dejan de sorprender. Como inevitablemente se acaba cayendo en el local cuando se pasa por la isla, la emoción se esfuma cuando uno recuerda lo que cuesta elegir entre tanto nombre incierto. Apto para una sobremesa en la noche caribeña.

Montar un restaurante a partir de un producto que consideran el mejor del mundo. Esto es lo que hace The Cheesee Cake Factory de Coco Walk en Miami. La carta es un compendio de lo que podemos encontrar en una carta de comida que aquí llamamos "americana". Los que nos rodeaban entendían que celebraban algo al ir allí. La tarta clásica de queso es estupenda. Probar todo el catálogo de tartas no es apto para quienes amen más la vida que los dulces. Clase media yanqui por un rato; como en las series de TV.
Un restaurante en Georgetown de aire francés con comida de calidad americana. Me gustó mucho 1789. Buenos ambiente y ambientación, público selecto, servicio eficiente y multilingüe (las propinas hacen hablar lenguas). Comí un agradable bacalao negro (sablefish) y tomamos un buen vino francés: La Tarasque de Cotes du Rhone. Eso sí, a las 10 te van echando.


Sitios cercanos o lejanos, pero cocinas cada vez más próximas y propias; cambios de horario, nuevas gentes, reencuentro con conocidos; sorpresas a la vuelta de la esquina en Madrid; muchas horas de vuelo y recuerdos buenos todos. Del trabajo que me lleva tan lejos no hablo; nadie se lo iba a creer.




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